Viviendo la Vida al Sol sobre ruedas
En línea, con cuatro ruedas, artístico, sobre hielo… sea como sea, el patinaje es una mezcla entre afición, deporte y, en algunos casos, medio de transporte sostenible y gratuito. Cada vez es más habitual ver a gente por calles o parques deslizándose con sus patines.
Desde que, en 1735, el belga Joseph Merlin inventara los primeros patines del mundo la afición por cualquiera de las modalidades de patinaje ha ido en aumento exponencial. El simple hecho de ponerse unas botas con ruedas y deslizarse por una superficie notando el aire en la cara y la sensación de velocidad, al mismo tiempo que nos divertimos y hacemos deporte, es la recompensa para todos aquellos que nos atrevemos a calzarnos unos patines.
Las modalidades más conocidas quizás sean aquellas que son estéticamente más bonitas o que son categorías olímpicas como son el patinaje artístico sobre hielo o el hockey sobre patines. Sin embargo, el uso de los patines como medio de transporte o como mera actividad de ocio ha cogido fuerza. Eso sí, debemos tener en cuenta que es un deporte que tiene sus riesgos.
Aparentemente puede parecer fácil, y en realidad lo es, pero no debemos confiarnos la primera vez que nos ponemos unos patines ya que, a la velocidad que se alcanza, una caída puede ser muy dolorosa. Debemos ir poco a poco aprendiendo a deslizarnos con pequeños movimientos laterales hasta adquirir la práctica suficiente para coger velocidad. En algunos parques de algunas ciudades, como puede ser en el parque del Retiro de Madrid, hay personas que se dedican a enseñar a quien quiera aprender a patinar en un entorno seguro.
Como ocurre con el Sol, no debemos obviar las recomendaciones y ni olvidar el uso de protecciones que ayuden a evitar daños. Hay que tener en cuenta cuales son las protecciones que deberemos llevar a la hora de salir a patinar. Unas rodilleras, coderas y casco son las piezas básicas para una buena protección ya que las articulaciones de piernas y brazos, junto con la cabeza, son las partes que peor paradas salen en una caída. Otras personas añaden a estas protecciones unas muñequeras que incorporan una parte dura en las palmas de las manos. Pensemos que al caer, de forma instintiva, ponemos las manos primero tratando de amortiguar el golpe.
Desde Vida al Sol queremos añadir un componente fundamental a la hora de salir a patinar y es que, al tratarse de un deporte o afición que se suele llevar a cabo al aire libre, excepto en el caso del patinaje sobre hielo o en pistas cubiertas, las radiaciones solares estarán tocando nuestra piel en todo momento. Por eso a las rodilleras y demás protecciones habrá que añadir una protección para el órgano más grande del cuerpo, la piel.
Diversión, deporte y vida al aire libre no debe estar reñido con la protección del cuerpo en general y de la piel en particular.