El Sol y sus consecuencias sobre el ADN

Ya sabemos que una exposición prolongada y sin protección al Sol provoca daños en la piel, algunos visibles como eritema y quemaduras, y otros invisibles como pueden ser la modificación genética de las células de la piel, los daños en el sistema inmunológico o el fotoenvejecimiento.

Hoy vamos a hablar sobre la modificación genética.

El ADN fue descubierto en 1953 por los científicos Watson y Crick. Es una molécula de gran tamaño que guarda y transmite de generación en generación toda la información necesaria para el desarrollo de todas las funciones biológicas de un organismo.

Está formado por la unión paralela de dos cadenas, cada cadena se encuentra conformada por 4 diferentes nucleótidos. Lo que hace que el ADN sea tan variado es la posición y la cantidad de estos cuatro nucleótidos a lo largo de las dos cadenas, a esta secuencia se le llama código genético.

Si pudiésemos tomar una cadena de ADN humano y la estiráramos de forma lineal nos daríamos cuenta que el ADN humano tiene una longitud de extremo a extremo de 2 metros

¿Puede la radiación solar tener consecuencias sobre nuestro ADN?

Si, el sol provoca la producción de proteínas defectuosas que pueden generar daño a nivel del ADN, tanto nuclear como mitocondrial.

El ADN nuclear se encuentra localizado en el núcleo de las células. Y se organiza en unas estructuras denominadas cromosomas. Su función es transmitir la información genética de una generación a la siguiente, por medio de un proceso denominado replicación.

Por el contrario en el ADN mitocondrial cada célula humana contiene cientos de miles de mitocondrias. Esta formado por dos cadenas complementarias con orientación opuesta. A diferencia del ADN nuclear, el mitocondrial es una molécula circular constituida por dos hebras o cadenas, muy pequeña, si se la compara con el genoma nuclear. A pesar de que su tamaño es pequeño codifica 13 componentes esenciales del sistema celular, imprescindibles para el mantenimiento de la vida.

Nuestro cuerpo es capaz de defenderse de forma natural reparando estas proteínas defectuosas, tienen su propio sistema de reparaciones para el ADN del núcleo celular: se cortan las secciones dañadas y se sustituyen por nuevas, pero esta capacidad es limitada, de este modo, por una excesiva exposición solar repetida, la lesión puede exceder la capacidad de las enzimas reparadoras. Si el daño ocasionado por el sol no se reparara adecuadamente puede inducir a codificaciones erróneas y a posteriores mutaciones.

¿Como podemos proteger nuestro ADN?

Además de adoptar hábitos saludables frente al sol podemos minimizar los daños provocados por el Sol gracias a sustancias como el Fernblock o los Roxisomas contenidos en los productos Heliocare y Heliocare 360 que han demostrado contribuir a reparar a nivel de ADN las mutaciones producidas por el Sol.

En definitiva, una exposición prolongada al sol sin una protección adecuada hace que se sobrepase la capacidad reparadora de nuestro organismo pudiendo aparecer alteraciones genéticas, responsables entre otros daños, del cáncer de piel.

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