Recuerda, no olvides los filtros cuando compres un fotoprotector

Si sois seguidores de nuestra página de Facebook, sabréis que ayer en nuestra Escuela de Fotoprotección tratamos uno de los mitos sobre el sol más extendidos entre la gente: “Sólo hay que aplicarse fotoprotector en verano”.

Como bien nos explicó nuestra profe Iratxe si bien los rayos UVB son de mayor intensidad durante el verano los UVA son constantes todo el año. Estos últimos son los que penetran en las capas más profundas de tu piel siendo los responsables de los daños cutáneos a largo plazo entre ellos del fotoenvejecimiento. Por eso, te recomendamos utilizar fotoprotector durante las cuatro estaciones

Hoy nos gustaría seguir nuestra clase hablando de una de las cosas más importante en un fotoprotector, los filtros que lleva.

Los filtros están directamente relacionados con la importancia de utilizar fotoprotectores durante todo el año ya que como veremos más adelante su elección es clave a la hora de garantizar una adecuada protección frente a todos los tipos de radiaciones solares.

La gran mayoría de los fotoprotectores combinan 2 tipos de filtros distintos: filtros físicos y filtros químicos.

En los últimos años, los laboratorios más innovadores han añadido también una nueva generación de filtros, los biológicos.

Pero…¿cuál es la diferencia entre cada uno de ellos?

Los filtros físicos son partículas que se quedan en la capa más superficial de la piel, reflejan y dispersan las radiaciones solares, es decir, actúan como una pantalla frente a las radiaciones. Son inertes, es decir, que no provocan reacción alguna, y son insolubles. En definitiva, se trata de unos filtros que hacen rebotar parte de la radiación solar que llega a nuestra piel, tanto la UVA como la UVB.

Por otro lado tenemos los filtros químicos. Estos son más complicados de explicar de una manera sencilla pero pensemos en que, cuando las radiaciones ultravioletas llegan a la piel y penetran en ella, los filtros químicos generan una serie de reacciones que permiten absorber y modificar parte de esa radiación evitando los daños que provocarían si afectara con todo su potencia. Para que estas reacciones químicas sean eficaces se necesitan aproximadamente unos 30 minutos, por ello la recomendación de aplicarse el fotoprotector con esa antelación a la exposición solar.

Los filtros naturales o biológicos son los que se encuentran en extractos de plantas, frutas, etc. Su función principal es la de actuar desde el interior de la célula contrarrestando los efectos que el Sol pueda provocar. Es el caso por ejemplo del té verde o de la tecnología patentada Fernblock, componente principal de todos los productos Heliocare.

La acción desde el interior llevada acabo por los filtros biológicos, garantiza aumentar nuestra capacidad de defensa frente todo tipos de radiaciones incluida la UVA.

En definitiva a la hora de comprar un fotoprotector es importante tener en cuenta que contenga los mejores filtros, incluidos los filtros biológicos.

Pregunta a tu farmacéutico sobre el fotoprotector que mejor se adapte a tu piel.

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