El sistema inmune es una compleja red de células (macrófagos, linfocitos, etc.) distribuidas por todo el cuerpo y un conjunto de moléculas (citoquinas, anticuerpos, etc.) que trabajan conjuntamente para defenderlo de microorganismos patógenos y sustancias extrañas, a los que el organismo está expuesto continuamente (hongos, parásitos, virus y bacterias). De lo contrario, estos patógenos o sustancias extrañas podrían causar infecciones o enfermedades.El sistema inmune de un individuo sano es capaz de autocontrolarse, es decir, la intensidad de la respuesta está ajustada a la gravedad de la agresión.Pero, ¿cuáles son los diferentes tipos de inmunidad?
Inmunidad innata
Es la primera línea de defensa frente a la entrada de patógenos o sustancias extrañas.Los mecanismos de defensa innatos protegen de cualquier patógeno y no dependen de una exposición previa. Su respuesta aparece a los pocos minutos o horas desde que el organismo reconoce una sustancia u organismo extraño.Si esta primera respuesta no fuese suficiente, se desarrollaría la respuesta adquirida o específica.Inmunidad adquirida
La inmunidad adquirida se activa en segundo lugar, pero se inicia desde la primera exposición a un patógeno o antígeno y desarrolla una respuesta específica frente a cada ataque.Parte de las células que la componen generan los conocidos anticuerpos. Se trata de moléculas diseñadas por los linfocitos B, para reconocer a un patógeno determinado y ayudar a su destrucción, por eso se dice que dan una respuesta inmune específica.Esta inmunidad adquirida tiene la peculiaridad de que tiene memoria, es decir, si el cuerpo entra en contacto por segunda vez con el mismo patógeno, actuará más rápidamente porque ya sabe qué anticuerpos necesita generar.Últimos avances: Inmunidad entrenada
Clásicamente se pensaba que la inmunidad innata, al contrario que la adquirida, carecía de memoria. No obstante, los últimos estudios en el campo de la inmunología han demostrado que sí puede adquirir memoria, aunque por mecanismos diferentes a la adquirida. De ahí la denominación de inmunidad entrenada, que, en realidad hace referencia a la inmunidad innata.Los últimos estudios en el campo de la inmunología han demostrado que la inmunidad innata puede adquirir memoria.El hecho de que el sistema inmune natural o innato esté entrenado (es decir que haya adquirido memoria) permite dar una respuesta al patógeno más efectiva y, a la vez, ajustada. Además, será una respuesta de “amplio espectro”, pero no específica frente a un patógeno concreto (como lo es la adaptativa), sino para cualquier patógeno.