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Conoce tu piel

¿Cómo conseguir una piel luminosa?

La piel es una tarjeta de presentación hacia los demás, por eso, es importante mantenerla cuidada y protegida de los factores externos. Un rostro luminoso consiste en tener una piel con un tono uniforme, lisa sin imperfecciones, que no sea áspera ni apagada y esté bien hidratada.

Conseguir una piel luminosa es posible si se sigue una rutina de hábitos saludables y cuidados de la piel. En dicha rutina hay que incidir en la limpieza facial, la hidratación de la piel, el uso de productos con antioxidantes avanzados que actúen en sinergia y la protección frente a la contaminación y la radiación solar.  

La población global es consciente de que la vida moderna, en la que predomina la polución, la tecnología y los agentes químicos, está dañando a su piel. Por ejemplo, la acción de los agentes contaminantes, como las emisiones de los vehículos o el humo del tabaco, produce alteraciones en la producción de colágeno y melanina, dando lugar a falta de luminosidad en la piel y otros signos del envejecimiento. ¡Veamos cómo solucionarlo! 

 

Cómo dar luminosidad a la piel: comienza por una limpieza facial

Para iluminar el rostro es muy importante la constancia diaria. Se debe exfoliar la piel una o dos veces por semana y limpiarla todos los días por la mañana, así como desmaquillarse siempre por la noche. Conviene utilizar productos que respeten el pH de la piel y que no contengan elementos que puedan irritarla (colorantes, perfume, alcohol…). 
 

La limpieza facial debe realizarse dos veces al día. Por la mañana, nada más levantarse, para eliminar el exceso de sebo secretado durante la noche y las células muertas. Por la noche, antes de acostarse, para retirar los restos de partículas contaminantes y el maquillaje y restaurar la barrera cutánea. Esta rutina debe hacerse siempre teniendo en cuenta las necesidades de cada tipo de piel. 

Piel luminosa

Antioxidantes para una piel luminosa

Para tener una piel radiante es importante utilizar buenos productos dermatológicos, que contengan antioxidantes para neutralizar la acción de los radicales libres y llevar un estilo de vida saludable. El cuerpo utiliza antioxidantes para combatir los daños que producen los radicales libres. Sin embargo, cuando hay un exceso de radicales libres, estos empiezan a afectar a las proteínas, a las membranas celulares y al ADN en un proceso que se conoce como estrés oxidativo
 

Los principales factores que contribuyen a esta oxidación, una de las responsables de la pérdida de luminosidad en la cara, son el sol - exponerse a la radiación solar sin la protección adecuada es un factor principal que produce un exceso de radicales libres, con fotoenvejecimiento e hiperpigmentación-, la contaminación -emisiones de los vehículos, los metales pesados, el humo del tabaco, etc. son factores ambientales que agreden a la piel- y la dieta – si es poco saludable, con abundancia de alimentos procesados, fritos o muy grasos y el alcohol, facilitamos la aparición de radicales libres-. 
 

Para combatir estos factores, hay que usar productos que contengan ingredientes antioxidantes para la piel como la vitamina C, la vitamina E o el ácido ferúlico. Estos componentes, cuando actúan conjuntamente, potencian sus efectos. Por ejemplo, el ácido ferúlico, en sinergia con la vitamina C, aumenta su actividad antioxidante y fotoprotectora. En cuanto a la exposición solar es necesario utilizar siempre un protector de, al menos, SPF 50 y reaplicarlo con la frecuencia adecuada. Una opción más que recomendable es ENDOCARE Radiance C Ferulic Serum Gel, un potente antioxidante y antipolución con vitamina C y ácido ferúlico. 

Hidratación de la piel, imprescindible para un rostro luminoso 

La hidratación es vital para mantener una piel luminosa. Sin embargo, factores como la contaminación, la temperatura exterior (tanto el exceso de calor como de frío) o el estrés, hacen que aumente la pérdida de agua transepidérmica. Por este motivo, conviene usar productos que aporten hidratación a través del fortalecimiento de la función barrera de la piel y aplicarlas tanto por la mañana como por la noche. 
 

Otra opción realmente interesante son las ampollas, que contienen ingredientes más concentrados y eficaces que las cremas hidratantes. Al ser más fluida, la ampolla permite concentrar más los principios activos que la forman y se tienen concentraciones más eficaces. Otra ventaja de las ampollas es que son en formato monodosis y no se oxidan. Además, se absorbe muy rápido por ser muy fluido, y permite aplicar otras cremas en tu rutina diaria. 
 

Dos opciones que os recomendamos son las ENDOCARE RADIANCE C Proteoglicanos Oil-free Ampollas, con vitamina C y altas concentraciones de proteoglicanos para una acción antioxidante, regeneradora e hidratante que contribuya a recuperar la luminosidad de la piel, y las ENDOCARE RADIANCE C 20 Proteoglicanos Ampollas, cuya elevada concentración de proteoglicanos la convierten en ideal para pieles secas y deshidratadas. Ambos productos, gracias a la tecnología SCA®, ejercen una importante acción antioxidante y regeneradora.

Un vida saludable, el último consejo para una piel radiante 

Tener una piel luminosa no es solo cosa de buena cosmética: llevar una vida saludable es importante. Las frutas y verduras son ricas en antioxidantes C, E o A (zanahorias, tomates, pimientos, albaricoques, melocotón, sandía), y el pescado azul, el aguacate o los frutos secos, tienen buenas dosis de ácidos omega 3, que protegen la piel y generan nuevo colágeno.
 

Además, no podemos olvidarnos de dormir bien (entre 7 y 8 horas, según la Organización Mundial de la Salud), hacer ejercicio para liberar estrés y ahuyentar la hormona cortisol, enemiga de una buena piel (la deshidrata y produce impurezas), evitar el tabaco y el alcohol y beber dos litros de agua al día. ¡Pon todo esto en práctica y presume de piel!

Luminosidad de la piel
María Teresa Truchuelo Díez

María Teresa Truchuelo Díez

Dermatóloga especialista en Dermatología estética Hospital Universitario San Rafael de Madrid

María Teresa Truchuelo Díez

Dermatóloga especialista en Dermatología estética Hospital Universitario San Rafael de Madrid

Licenciada en Medicina y Cirugía y especialista en Dermatología, con más de 17 años de experiencia.