¿Cómo nos protegemos del Sol? – Informe Heliocare

Del sol nos protegemos cada vez un poquito mejor, pero aún hay muchísimo que mejorar, sobre todo en el caso de los jóvenes y de los hombres. Es la principal conclusión que saco del Informe Heliocare “Buenos hábitos al sol y de fotoprotección” 2017-2018 que el laboratorio farmacéutico Cantabria Labs acaba de presentar a los medios de comunicación. En positivo, pero sin bajar la guardia.

Confieso que fui a la rueda de prensa del pasado 22 de marzo pensando que me lo sabía casi todo, error desgraciadamente habitual entre periodistas.

Suena pedante, y quizá lo sea, pero a mi favor diré que ya el año pasado Heliocare lanzó datos reveladores al respecto y que cada año escribo y hablo hasta la saciedad del tema en revistas, post y vídeos varios.

Menos mal que de capacidad de sorprenderme ando bien, porque lo hice, y mucho, al escuchar cómo vamos evolucionando los españoles respecto al conocimiento sobre la radiación solar y cómo nos comportamos mujeres y hombres a diferentes edades. Aquí os cuento lo que más me impactó en 8 claves.

1. Podemos ver el sol en tiempo real.

Mi hombre del tiempo favorito, Roberto Brasero, abrió el evento y nos contó que podemos saber cómo está el sol cada día con datos casi a tiempo real: a los 7 minutos nuestro planeta se ha hecho eco de todas sus particularidades. También advirtió de los peligros de la radiación todo el año, y confesó que en la sección meteorológica de los informativos, aunque advierten especialmente de la radiación UV (la más peligrosa) desde junio, no lo hacen a diario porque en televisión sería muy repetitivo. Razón no le falta, pero da qué pensar: corresponderá a otros espacios y otros medios que los periodistas sigamos concienciando, porque según lo que se nos contó después, más vale que sigamos poniéndonos las pilas para prevenir no ya el 90% del envejecimiento (sí, lo causa el sol), sino el cáncer de piel: el 90% de los casos está relacionado con la exposición solar, dice la Skin Cancer Foundation y, aquí un dato removedor de conciencias: cada hora muere una persona de melanoma.

2. El sol es cada vez más intenso y perjudicial, pero se sigue relacionando bronceado con salud y belleza.

No quiero ser alarmista, solo precavida; pero seguimos diciendo a quien se pone moreno “qué buen color tienes”. El otro día le propuse un fin de semana en Berlín a una amiga a la que tengo por culta y cabal. Su respuesta fue: “Yo solo viajo donde pueda ponerme morena”. ¿Cómo? Resulta que según la encuesta de Heliocare, 7 de cada 10 asocia el bronceado con salud y belleza, y el 57% son menores de 25 años. Mi amiga pasa de 40, pero lo sigue pensando. Si la razón para achicharrarse al sol sin límite es tener buen tono, ¿no será más lógico partir de una piel protegida, sana y bonita, sin manchas, arrugas o sequedad (regalitos del astro rey) y después aplicar un producto con color? Puede ser un fotoprotector que incorpore el tono deseado, una BB Cream, un maquillaje al uso… Sí, al retirarlo volvemos a nuestra naturaleza, pero al irse el bronceado ocurrirá igual y encima habremos acumulado todo el elenco de problemas cutáneos mencionados mas el riesgo de un cáncer. A mi, desde luego, me compensa tirar de fotoprotector.

3. El 40% se ha quemado.

4 de cada 10 tiene presente que ha sufrido quemaduras solares graves alguna vez. Cuando yo era pequeña, la única crema que usaba bajo el sol era una hidratante sin fotoprotección, y cuando al final del día no podía ni rozarme con la ropa, entonces mi madre me echaba varias capas de After Sun convencida de seguir un protocolo de libro. La pobre a día de hoy embadurna a mis hijas con litros de FPS, a ver si purga así su pecado. No era la única, claro está. Por eso cuando pienso que antes de los 18 años ya tenemos acumulado el 23% del daño solar, como explicó María Cuñat, directora de marketing de Cantabria Labs, intento compensar siendo la más aplicada conmigo y con las niñas a partir de ahora; ojalá hubiera protectores con carácter retroactivo, pero creo que no se han inventado todavía.

4. Hay que utilizar el fotoprotector todos los días.

Y no solo en verano o cuando hacemos actividades al aire libre. ¿Acaso no nos da el sol en cualquier momento del año al andar por la calle, conduciendo o sentados en una terracita? Hay cosméticos que incorporan un FPS, pero si no son específicamente fotoprotectores, no suelen pasar de factor 15, así que lo ideal es utilizar el tratamiento adecuado para nuestro tipo de piel y seguir con un fotoprotector 50+ con o sin color, al gusto. ¿Qué te queda la cara pegajosa o blanquecina? Esa excusa valía hace años, pero ya no: los hay en leche o gel, de tacto seco para piel grasa, invisibles para quien tema el efecto máscara, con diversos tonos si quieres pasar del make up… Ojo, jóvenes, porque el 80% utilizáis un FPS bajo o directamente ni lo oléis, y el futuro, aunque parece que no, llega pronto. Papás y mamás, anotemos tarea urgente de concienciación y empecemos por dar ejemplo.

5. Mejor nos ponemos el fotoprotector en casa, pero antes de salir.

Existe la idea de que hay que aplicarlo 20 minutos antes, y claro, es un engorro, porque a ver quién es el perfecto que mientras recoge el desayuno, pone bañadores a la tropa y mete bocadillos en la bolsa mira el reloj en plan cuenta atrás para embadurnar a diestro y siniestro. Aquí María Vitale, directora médica del laboratorio español, tranquiliza conciencias: “Basta con ponerlo antes de salir, porque 5 minutos son suficientes para que los filtros solares hagan efecto”. Vamos, que podemos olvidarnos del cronómetro, basta con aplicarlo en el último momento. Otra ventaja: El producto, en casa, no sufre cambios de temperatura y luz, así que se conserva mejor.

6. Las mujeres nos protegemos más.


Vale, no nos sorprende, somos más aplicadas entre los 26 y 55 años, nuestro FPS de cabecera es 50+ y somos las más concienciadas a la hora de re-aplicarlo. Porque de poco vale extenderlo y olvidarse: hay que repetir cada dos horas, después de cada baño o si hemos sudado mucho. ¿No hacemos lo propio con la barra de labios o el bálsamo cada 2 por 3? Pues esto es lo mismo. Lo curioso es que nosotras seamos las más responsables cuando los hombres tienen más riesgo de desarrollar un melanoma: 1 de cada 27, frente a 1 de cada 42 mujeres. El peligro para ellos está, sobre todo entre los 15 y los 39 años: tienen un 55% más de probabilidades de morir por melanoma que las mujeres.

7. Sabemos que unos malos hábitos frente al sol nos pueden llevar al cáncer de piel, pero no nos aplicamos el cuento.

¿Es eso posible? Lo es. El 97% dice saber las consecuencias, pero ni utiliza el FPS adecuado, ni lo reaplica, ni conoce o consume la fotoprotección oral, un complemento fantástico al FPS que prepara la piel y permite que combata mejor los daños solares.

8. El fotoprotector debe ser de amplio espectro.

No basta con mirar el numerito SPF. Este indica la protección de la radiación ultravioleta, la más dañina, pero también hay que resguardarse de lo nocivo de los infrarrojos y la luz visible, así que hay que buscar productos de amplia cobertura. Tan fácil como mirar la etiqueta. ¿Una referencia? Por ejemplo mirar si cuentan con la Tecnología Fernblock que protege, neutraliza y repara frente a las radiaciones conocidas.

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