Expertos 19 Feb 2021

¿Cómo influye el sistema inmune en la prevención de enfermedades?

El sistema inmune es un conjunto de células y moléculas, estrechamente relacionados entre sí, cuya misión fundamental es mantener la integridad del organismo. Aunque se distinguen algunos órganos del sistema inmune, como los ganglios linfáticos o el bazo, sus componentes se caracterizan por estar en permanente circulación a través de la sangre y los tejidos. De esta manera, “vigilan” la presencia de elementos extraños en todo el organismo, los reconocen y finalmente los eliminan.

¿Cuáles son los componentes del sistema inmune y sus funciones?

Es difícil delimitar los elementos del sistema inmune, pero podemos clasificarlos en dos grandes grupos:

  1. Los que forman parte de la inmunidad innata o natural:

Las células más representativas de este primer grupo son los neutrófilos y macrófagos, y las moléculas las llamadas citoquinas, que regulan la respuesta celular. La activación de estos elementos da lugar a lo que se conoce como inflamación. Esta inmunidad innata, aunque puede ser modulada o entrenada, es inespecífica y común a diferentes agresiones externas.

  1. Los que constituyen la inmunidad adaptativa o adquirida:

En este caso la ejercen los linfocitos, que reconocen específicamente fragmentos moleculares extraños de agentes infecciosos o células tumorales. Tras el reconocimiento se induce una respuesta específica que consiste en la producción de anticuerpos y células con capacidad destructora o citotóxica, dirigidos específicamente contra estos agentes extraños. Este tipo de inmunidad requiere un tiempo de “adaptación” para alcanzar su máxima efectividad. Sin embargo, una vez desarrollada y eliminada la célula o microorganismo extraño, persiste un estado de memoria inmunológica que posibilita una respuesta rápida y efectiva en el caso de que hubiera un contacto posterior con el mismo agente. Esta es la base de la inmunización producida por la mayoría de las vacunas. Es preciso tener en cuenta que existen numerosas interacciones entre ambos tipos de respuesta inmune, de manera que desde un punto de vista biológico es más correcto hablar de la respuesta inmuno-inflamatoria.

¿Cuáles son las principales alteraciones del sistema inmune?

La respuesta efectora del sistema inmune es necesaria para la eliminación de gérmenes y células tumorales, pero esta “batalla inflamatoria” también conlleva lesiones colaterales en tejidos normales. Por otra parte, la capacidad de reconocimiento puede estar alterada, de manera que estructuras propias pueden ser identificadas como extrañas y desencadenarse una respuesta contra ellas, destruyendo células normales.

Por tanto, de una forma simplificada se pueden distinguir las siguientes alteraciones:

  1. Inmunodeficiencias: pueden ser primarias (hereditarias) o secundarias (adquiridas)
  2. Fenómenos inmuno-inflamatorios “descontrolados”: donde la propia inflamación, más que el germen que la provoca, es la causa de la enfermedad.
  3. Autoinmunidad: cuyo trastorno reside en “confundir” moléculas propias como extrañas.

¿Puede la respuesta del sistema inmune prevenir o curar enfermedades?

La contestación a esta pregunta es claramente sí. No obstante, nuestra capacidad de modificar o modular la respuesta inmune es aún limitada y poco precisa. Por ahora, lo más efectivo es la sustitución de elementos efectores en algunas inmunodeficiencias, como la infusión de inmunoglobulinas (anticuerpos) y la prevención de enfermedades infecciosas, mediante el uso de vacunas.

En cuanto a las enfermedades mediadas por el propio sistema inmune, se utilizan inmunosupresores o inmunomoduladores, entre los cuales los corticoides son los más conocidos desde hace muchos años. Recientemente se han incorporado nuevos fármacos más selectivos, que forman parte de los denominados agentes biológicos, que actúan modificando más selectivamente la respuesta inmunoinflamatoria.

La inmunoterapia es uno de los campos más prometedores en la prevención, control y tratamiento de un gran espectro de enfermedades, que incluyen procesos infecciosos, tumorales, autoinmunes, inmunoinflamatorios, e incluso procesos cardiovasculares.

La función fundamental del sistema inmune es la protección frente a infecciones y tumores. Sin embargo, una respuesta excesiva o inadecuada del sistema inmune puede ser la principal causa de determinadas enfermedades, como las denominadas autoinmunes. La posibilidad de modular o reprogramar la respuesta inmune, mediante diferentes intervenciones terapéuticas, abre grandes expectativas futuras de tratamiento en un gran espectro de enfermedades.

Dr. Luis Manzano Espinosa

Dr. Luis Manzano Espinosa

Jefe del Servicio de Medicina Interna del Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid.

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