¿Cómo actúan las vacunas en el sistema inmune?

Quizás, en estos tiempos de pandemia por el COVID-19, este sea uno de los temas más comentados en la calle y en las redes sociales, pero hay que recordar que las vacunas nos protegen frente a muchas enfermedades: unas muy graves; otras, infecciones más banales; y por último, algunas que mucha gente ni conoce, ya que gracias a ellas están al límite de la erradicación. Lo que está claro es que las vacunas salvan vidas.

Cuando nos vacunamos nuestro organismo activa una respuesta inmunitaria protectora que nos ayuda a reconocer a un agente patógeno y a combatirlo en caso de estar en contacto con él, evitando así la enfermedad infecciosa. Esa es la razón por la que es muy importante tener un sistema inmune lo más competente posible, y también es el motivo por el que los niños más pequeños, con unas defensas ciertamente inmaduras, necesitan seguir un programa de vacunación adecuado, con más dosis de vacunas para estar bien protegidos.

¿Qué es el sistema inmunitario?

El sistema inmunitario es un sistema fisiológico complejo, cuyas células y moléculas tienen como misión principal defendernos frente a una gran variedad de agentes externos e internos que son potencialmente dañinos. Aunque se habla de respuesta inmune innata y adquirida (celular y humoral), la respuesta inmunitaria es global. Esto permite gran efectividad en la defensa (frente a infecciones y cánceres) y la reparación de tejidos dañados.

El sistema inmune es un sistema regulador que participa en el mantenimiento de la salud, por lo que actúa como marcador de esta. Si el sistema inmune no funciona bien, tendremos una amplia gama de enfermedades. Esto sucede cuando presenta una baja actividad (con incapacidad de defensa frente a infecciones y cánceres), cuando es defectuoso (como ocurre en las enfermedades autoinmunes, al perderse la tolerancia a lo propio y comenzarse a reconocer como extraño), cuando se activa y responde frente a lo inocuo (como sucede en las alergias), o cuando se mantiene sobreactivado (favoreciendo patologías inflamatorias). Es por ello que modular adecuadamente nuestro sistema inmune es fundamental para una vida sana.

¿Cómo interactúan las vacunas con nuestro sistema inmunitario?

La eficacia de las vacunas se basa en la capacidad del antígeno (agente que queremos combatir) para provocar una respuesta inmune protectora y que nuestro sistema inmunológico responda de una manera adecuada.

Esta respuesta inmune a las vacunas es el resultado de una compleja interacción de diferentes factores. Por una parte, influye profundamente en la respuesta inmunológica óptima de la propia vacuna cómo se administra (oral o pinchada), qué cantidad, cuándo (calendario vacunal, intervalos entre dosis), los componentes que lleve, etc. Por otro lado, el sistema inmune de cada persona se ve condicionado por la edad, sus factores genéticos y posibles trastornos (alergia, autoinmunidad, inmunodeficiencias, etc.).

Respecto a la edad, la eficacia de la vacunación suele ser más reducida en los extremos de la vida, bien por inmadurez del sistema inmunológico (bebés), bien debido a la alteración del sistema inmune donde algunos componentes inmunológicos disminuyen mientras que otros, como la inflamación, se incrementan (ancianos). Esta es la razón por la que es tan importante vacunar de forma adecuada en estas dos etapas de la vida.

¿Qué relación tiene la microbiota intestinal con el sistema inmune y la vacunación?

La efectividad de las vacunas puede verse afectada por la composición y actividad de nuestra microbiota intestinal (lo que antes llamábamos flora), que representa una barrera protectora frente a los patógenos y contribuye a un desarrollo y funcionamiento adecuados del organismo. De este modo, la microbiota intestinal va a condicionar la inmunidad que tengamos y, a través del denominado eje microbiota-intestino-cerebro, la de nuestra salud mental.

Si bien la relación entre microbiota y sistema inmune se inicia en los primeros años de la vida, sigue teniendo lugar a lo largo de toda ella y dado que condiciona la salud de cada persona, también incidirá en su esperanza de vida. En esta relación inciden no solo los genes que tenga cada persona, sino, de forma mucho más relevante, factores ambientales como el tipo de parto, el modo de lactancia, el ambiente donde viven (rural o urbano) y el estilo de vida que tengan.

La dieta es un factor de gran importancia, pero también lo es la actividad física y la mental, los medicamentos que se tomen, las relaciones sociales, el control del estrés y un largo etcétera. Una alteración en nuestra microbiota intestinal, lo que llamamos disbiosis, se refleja en un sistema inmune defectuoso y hace que tengamos un mayor riesgo de padecer muchas más enfermedades como infecciones, alergias, obesidad, cáncer, etc. Y, por supuesto, que respondamos peor a la vacunación.

¿Cómo podemos mejorar nuestro sistema inmunitario?

Para mejorar nuestro sistema inmunitario debemos seguir una serie de pasos. Aquí recogemos los más importantes.

1. Elegir una dieta adecuada

Seguir una dieta equilibrada y saludable es uno de los principales factores que mantienen una microbiota intestinal adecuada y, como consecuencia de ello, un sistema inmune competente. Así, se ha relacionado el consumo de dietas desequilibradas (ricas en azúcares y grasas refinadas y pobres en fibra dietética) con una microbiota más pobre en cantidad y calidad.

Por este motivo, una dieta variada que proporcione al organismo todos los componentes que necesita: azúcares, grasas, proteínas, minerales (hierro, zinc) y vitaminas (A, C, D y E) garantiza un funcionamiento más eficaz del sistema inmune. Hay que destacar, por su efecto beneficioso, la ingesta de alimentos ricos en fibra (frutas y vegetales), ácidos oleico y linoleico, fermentados ricos en probióticos (yogures) y polifenoles (frutas, verduras, chocolate).

2. Llevar un estilo de vida saludable

Además de la dieta, el escaso ejercicio físico (sedentarismo) y el estrés crónico son otros de los factores determinantes tanto en el desarrollo de trastornos de la alimentación y estilo de vida (alergias, infecciones o alteraciones digestivas como el estreñimiento), como de enfermedades crónicas no transmisibles (sobrepeso, diabetes, enfermedades cardiovasculares, etc.).

El consumo de alcohol, tabaco, abuso de medicamentos o mal control de nuestras emociones (incluso la cantidad y calidad del sueño) pueden alterar la microbiota y el sistema inmune, disminuyendo nuestra calidad de vida. Por esto, es fundamental el desarrollo de estrategias de intervención centradas en la prevención y el mantenimiento de la salud a largo plazo.

3. Tomar probióticos

Gracias a su capacidad inmunomoduladora, los probióticos pueden corregir la microbiota o mejorar el funcionamiento del sistema inmune. Así, pueden ser eficaces en la prevención y el tratamiento de todas aquellas enfermedades que supongan un sistema inmune deteriorado.

Los probióticos sirven para prevenir las alergias en la infancia y como adyuvantes en respuesta de la formación de anticuerpos en la vacunación. Además, actúan como complementos de dietas restrictivas o poco equilibradas, en la prevención de la obesidad y el síndrome metabólico, para regular diferentes estados de ánimo o situaciones de estrés (escolar, laboral, deportistas, etc.), o para trastornos del comportamiento (autismo, enfermedad de Alzheimer, etc.).

Conviene tener en cuenta que los efectos de los probióticos en general, y en la inmunidad en particular, dependen del tipo de cepa, dosis, duración del tratamiento, población a tratar e incluso de cada persona en particular. Los grupos poblacionales que podrían beneficiarse de su uso son los bebés que acuden a la guardería, los adultos en situaciones de estrés o con estilos de vida poco saludables y los ancianos, especialmente aquellos que viven en residencias.

Bibliografía recomendada

  • De la Fuente M., Martín Villa JM. El sistema inmunitario. En: Álvarez-Calatayud G, Marcos A, Margollés A (Eds.). Probióticos, prebióticos y salud: Evidencia científica. Madrid: Ergon; 2016. p. 133-140.
  • Nova E, Redondo N, Gómez S, Marcos A. Probióticos y sistema inmune en las diferentes etapas de la vida. En: Marcos A (Ed.). Inmunonutrición. 2ª edición. Madrid: Interamericana; 2020. p.377-387.
Dr. Guillermo Álvarez Calatayud

Dr. Guillermo Álvarez Calatayud

Presidente de la Sociedad Española de Microbiota, Probióticos y Prebióticos (SEMiPyP)

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